12/04/2017
La alcaldesa presenta un nuevo recurso para las personas sordociegas y se compromete a reforzar desde el Ayuntamiento el apoyo al colectivo.
La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, ha asegurado esta mañana que el Ayuntamiento "impulsará una campaña informativa a toda la sociedad de Castellón para que sepan lo que es el bastón rojo-blanco y la realidad humana que hay detrás de él". Marco ha realizado este anuncio en el transcurso de la presentación del bastón rojo-blanco que ha tenido lugar en la casa consistorial, un nuevo recurso de apoyo destinado a las personas sordociegas (aquellas que combinan las deficiencias visual y auditiva) y cuyo uso permitirá la visibilización del colectivo y su segura movilidad por la ciudad.
El acto también ha contado con la presencia del Concejal de Bienestar Social y Dependencia, José Luis López; el presidente de la Asociación de Sordociegos de España (ASOCIDE), Francisco J. Trigueros Molina; el presidente del Consejo Territorial de la ONCE Comunidad Valenciana, Enrique Hellín; y la portavoz de Bienestar Social de la Diputación de Castellón, Elena Vicente-Ruiz.
La alcaldesa ha resaltado que "las administraciones públicas debemos ser las primeras en dar todo el apoyo a los colectivos con más necesidades, como los sordociegos" y como presidenta de la Comisión de Seguridad de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) ha insistido "en la necesidad de mejorar la formación de los policías locales en el trato con colectivos vulnerables".
Asimismo, ha indicado que las personas sordociegas "son uno de esos colectivos en los que es preciso intensificar la acción política" y para ello "necesitamos más recursos para ayudarles a la inclusión social, un esfuerzo que haremos desde el Ayuntamiento para hacer todo lo que esté en nuestra mano".
Las personas sordociegas son aquellas combinan dos deficiencias sensoriales (visual y auditiva) lo que dificulta su acceso a la información, a la comunicación y a la movilidad. Además, afecta de forma grave las habilidades diarias necesarias para una vida mínimamente autónoma, requiere de servicios especializados, personal específicamente formado para su atención y métodos especiales de comunicación.
La incorporación de una franja roja al bastón blanco, habitualmente utilizado por las personas con ceguera o discapacidad visual grave, evidencia la presencia también de una discapacidad auditiva en el usuario. Un distintivo que aporta mayor seguridad en la autonomía de los desplazamientos puesto que le identifica como una personas con sordoceguera y, además, facilita su posible comunicación con el resto de personas, conscientes de su discapacidad.